La película dirigida por el cineasta chileno Diego Figueroa, con el simbolismo de los animales salvajes en su título, es un thriller psicológico cuya trama se desarrolla en un ominoso tiempo y lugar de nuestra historia reciente: 1975, Santiago, durante la dictadura militar de Augusto Pinochet. Allí la vida de Raúl Peralta -un hombre discapacitado que cuida a su madre- se transforma tras la llegada de unos inquietantes vecinos, quienes hacen notar sus violentas costumbres (a juzgar por los gritos de dolor que se escuchan a través de las paredes). La tortura política irrumpe en el relato y ya no lo abandona hasta un final violento, donde el protagonista encuentra algo cercano a la justicia propia.